Centro Casas celebra su 30 aniversario

Por: Nelson Gabriel Berríos

Especial para Revista Construcción de El Nuevo Día

“¿Quién da más? No hay más nadie… pues ¡vendido al licitador en $60,000!” ha proclamado a viva voz innumerables veces Belkys Pino, mientras da un malletazo en la mesa. Así ha hecho realidad los deseos de miles de comprar una casa a bajo precio en subasta.

Todo comenzó hace tres décadas cuando en 1986 Pino fundó Centro Casas Real Estate, destacándose ya como una mujer pionera en un mercado de bienes raíces dominado por hombres. Años después, siempre innovadora, Belkys se convirtió en la primera subastadora de casas en Puerto Rico y su exitoso desempeño la llevó a ser reconocida como “la Reina de las subastas”.

“Uno dice 30 años de trayectoria… Es una vida, miro hacia atrás lo que se hizo con mucho esfuerzo, mucho trabajo, pero con mucha satisfacción por haber traído las subastas a Puerto Rico. Soy la precursora de las subastas a viva voz y me agrada haber podido aportar a que se abran los horizontes de lo que son los bienes raíces en Puerto Rico, a no seguir encasillados, sino dar herramientas para beneficio de todos, los compradores y los vendedores de propiedades”, expresó Pino.

El éxito en este mercado de subastas, el cual aún domina en la Isla, no se ha detenido. Aunque empezó con unas dos subastas anuales (de unas 50 casas reposeídas) en los años 1990, este mercado ha crecido tanto que en el 2015 tuvo un récord de ocho subastas con un promedio de 200 propiedades cada una. Pino también ha realizado subastas para vender autos, propiedades comerciales, canteras, un hospital, inventarios de compañías en liquidación o de empresas de almacenaje y hasta dos islas boricuas (Isla Ratones al periodista Geraldo Rivera e Isla de Barca, en Salinas).

“… me agrada haber podido aportar a que se abran los horizontes de lo que son los bienes raíces en Puerto Rico, a no seguir encasillados, sino dar herramientas para beneficio de todos, los compradores y los vendedores de propiedades”

– Belkys Pino

Subastas criollas

Con orgullo, Pino comenta que sus subastas a viva voz, cantadas, tienen unos toques originales desarrollados por ella. Por eso dice que las suyas son subastas criollas, un tanto distintas al estilo aprendido en Estados Unidos cuando se licenció como subastadora en el Florida Auction School en 1998. Sonriente, indica que el “trademark” de sus subastas es que además del tradicional mallete, usa una divertida y sonora campana.

“El salón de la subasta está dividido en tres”, explica la experimentada subastadora. “Está el salón donde se está conduciendo la subasta, está el salón VIP y el salón de contratos. En el salón VIP, los vendedores, los banqueros, están viendo mediante un sistema de circuito cerrado qué pasa en la subasta. En el otro salón, los compradores están viendo en una pantalla las propiedades en venta. Mi “trademark” es una campana, algo que no se usa en Estados Unidos. A mí el banco no me dice cuánto quieren por la propiedad (ni quiero saberlo antes). Cuando el banco ya está viendo que yo estoy cantando, quien me da 21, ($21,000), 22, 23…. y si el banco quería dar esa propiedad en 25, pues tocan la campana y ya yo sé que la puedo liquidar. Entonces la gente en la subasta (a quienes ya se les ha explicado esto) saben que en cualquier momento se va a liquidar y salimos por todo el salón con la campana. ”.

Si el banco quería $70,000 por la propiedad y solo ofrecen $23,000 por ejemplo, pues no van a tocar la campana. En esos casos, informa Pino, se evalúa la oferta “sujeto a confirmación” de la parte vendedora. Eso significa que aunque no se aceptó la cantidad ofrecida hay un proceso de negociación para llegar a un acuerdo satisfactorio en el que el comprador aumente la oferta y el vendedor baje su expectativa “y la mayor parte de las veces, más del 90% se logra un acuerdo, un happy medium”, asegura Pino. Tras ese acuerdo, hay 45 días para finalizar el proceso de firma.

Fue en el 1993 cuando Pino realizó su primera subasta para el Firstbank porque surgió la necesidad de subastar un proyecto en Humacao que no se podía vender. Entonces se contrató a una compañía estadounidense para hacerla, pues aquí no había subastadores. Esa compañía requería un corredor de bienes raíces con licencia aquí para realizarla y la contrató. Surgió la oportunidad y la compañía estadounidense la guió para que obtuviera su licencia. Al poco tiempo, Pino se lanzó a hacer sus propias subastas.

Una venta entre lágrimas

En las subastas hay ventas de todo tipo de propiedades reposeídas. La experiencia, indica Pino, es que vende un promedio de 83% de todas las que se ofrecen. Informa que el precio promedio de una casa en una subasta en la actualidad es de unos $60,000, pero el estimado general es que las casas se venderán entre un 30% a 70% por debajo del precio de tasación. Aún así ha habido casos excepcionales de ventas a un precio tan bajo como $2,500.

“A veces hacemos subastas benéficas. En la última subasta que hice a fin de año, mientras estaba cantando la subasta tuve que detenerme porque no podía ya con las lágrimas. Es que estaba viendo a este joven señor con su niña de cinco años sentados en la primera fila. El estaba tratando de licitar ahogado en llanto porque quería esa propiedad y su niña era la que agitaba su cabeza y levantaba entusiasmada el letrero con el número de licitador. Y cuando yo veía que aquel señor lloroso con su oferta no podía ganar la subasta me partió el alma. Resulta que es un hombre solo con su niña, que no tenía trabajo y no tenía donde vivir. Tenía para ofrecer $20 mil y pico y jamás se la iban a aceptar porque la casa tenía un valor mayor, tal vez unos $40,000. Me bajé del podio y hablé con el banco. No se cobró comisión, el banco hizo sus ajustes y sacó la propiedad en $20,000. Me comprometí a ayudarlos a reparar la propiedad, a hacer alguna actividad para ayudarlos con los muebles, porque son cosas que a uno le dan duro en el corazón. Y queda la satisfacción de poder hacerlo”, relató Pino.

Precisamente, piensa que en la situación económica actual, las subastas son una alternativa real para personas comprar a bajo costo. Aún algunos que han perdido su propiedad por no contar con los recursos para una casa costosa, en una subasta pueden adquirir otra.

La mayoría de las propiedades requieren alguna reparación, pero por el bajo costo de las propiedades aún teniendo que repararlas resultan una buena compra. Se está dando también, para personas con la posibilidad de hacerlo, de convertir en un negocio el comprar casas reposeídas, repararlas y revenderlas. Es una opción de negocio lucrativa que contribuye a revitalizar la economía sin que las casas se deterioren, planteó Pino. Hay decenas de personas que están comprando casas, subasta tras subasta, para revenderlas, indicó.

El 2016

Al cumplir en el 2016 los 30 años de su compañía Centro Casas Real Estate, Pino tiene en agenda varios planes: una mudanza a un nuevo local en el área de San Patricio, un cambio de logo que se develará en una actividad de clientes y amigos la próxima semana y abrir dos nuevas divisiones: la de venta de propiedades comerciales y la de viviendas de lujo. Para esto es posible que tenga que aumentar su actual cantidad de 17 empleados. Su familia es parte de empresa, directa o indirectamente, lo cual califica como una bendición. Con ella trabaja su hermana Betsy Pino, al igual que su hija Belky Ann, de 33 años, quien es corredora y se une a la empresa en febrero mientras que su hija menor, Camille, de 25 es corredora y subastadora. Su hijo mayor, Antonio, de 35, tiene una empresa de mercadeo y Centro Casas es uno de sus clientes.

¿Su satisfacción mayor? Tantas historias de clientes a lo largo de las tres décadas de Centro Casas.

“Triunfadora ante los retos”

“Belkys es una soñadora que contagia con su afable proceder; triunfadora ante los retos, firme en sus valores, profesional de envergadura. Una amiga con la que por años hemos compartido el privilegio de hacer realidad la mayor aspiración de toda familia en esta Isla, la de poseer su casa propia…

Enhorabuena ante esta gran celebración. Solo tú podías hacerlo”.

-David R. Levis, CEO de Moneyhouse

“La primera mujer subastadora en Puerto Rico”

“He tenido la oportunidad de trabajar con Belkys desde la década de los 1980, cuando ella se unió a nuestras empresas como corredora asociada. Su profesionalismo, entusiasmo, esmero y arduo trabajo la llevaron a ocupar la posición de gerente de ventas de la compañía. Implementó estas mismas cualidades cuando comenzó en las subastas, llevándola a ser la primera mujer subastadora en Puerto Rico y desarrollando el negocio a nivel internacional.

Hoy vemos cómo Centro Casas Subastas continúa desarrollándose y diversificándose en las distintas ramas del negocio, incluyendo en este a nuevas generaciones de la familia Pino”.

-Virgilio López, presidente y fundador de BL Investment

“Ejemplifica a la mujer emprendedora”

“Belkys Pino ejemplifica a la mujer emprendedora y visionaria de nuestra industria en bienes raíces. De las que trascienden a los retos de los tiempos y se crece victoriosa ante ellos. La innovación y la constancia se convierten en su sello del éxito reflejados en los resultados de sus proyectos.

Profesional y mujer comprometida con la industria, compañeros y familia. Sus aportes generan rendimientos extraordinarios que inspiran a otros a seguir sus pasos. Gracias Belkys por ser nuestro ejemplo como una extraordinaria Realtor. ¡Felicidades!”

-Vanessa Rivera, presidenta Asociación de Realtors de Puerto Rico

“Un ser humano muy especial”

“No tan solo una gran profesional, Belkys es un ser humano muy especial. He tenido la fortuna de trabajar con ella, como presidente de Capital Mortgage y presidente de la Asociación de Banqueros Hipotecarios de Puerto Rico (M-Loan). tengo que decir que Belkys honra nuestra industria con su exitosa empresa y con su don de gente. Felicidades en el 30 aniversario de Centro Casas Subastas”.

-Rafael J. Despiau, Presidente Capital Mortgage

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